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Argentina:                                 ¿Un Estado

             plurilingüe?

Por Sin Renglones

En búsqueda de la respuesta a este interrogante, entrevistamos a Carolina Hetch, antropóloga e investigadora del CONICET, especialista en temas de antropología lingüística. En qué consiste la Educación Intercultural Bilingüe y cuál es la importancia de sostener las lenguas indígenas a través de políticas públicas fueron los temas centrales de la charla.  

- ¿Cuál es la situación actual de las lenguas indígenas en Argentina?

- En Argentina se hablan aproximadamente catorce lenguas indígenas que tienen distinto grado de vitalidad lingüística. Hay lenguas que se hablan cotidianamente en el ámbito familiar y comunitario y hay lenguas que solamente se reservan para espacios muy particulares como escenarios religiosos o escolares. Las lenguas más vitales están en el norte del país: el wichi, el chorote, el chulupí, el mbya guaraní. Por ejemplo, el wichí es una de las lenguas más vitales de Argentina, se habla en toda la región del Gran Chaco, Chaco, Formosa y Salta. Uno de los rasgos centrales para pensar si una lengua es vital es si los padres hablan esa lengua con los hijos. En tanto exista lo que se llama transmisión intergeneracional, esa lengua se mantiene vital. Otra es la situación de la lengua toba qom, que se habla en la región del Gran Chaco y en muchas otras regiones como en Gran Buenos Aires. Es una lengua que está atravesando un proceso de desplazamiento lingüístico porque no se la usa en la cotidianeidad. Es un panorama bastante diverso. En la zona sur es diferente. El tehuelche, una lengua que se considera casi sin hablantes, se conserva con gente que lo recuerda y a partir de eso se arman materiales.  El mapudungun, que es la lengua que habla el pueblo mapuche, tampoco es una lengua que esté vital. Está fuertemente asociada con la identidad entonces lo que pasa es que líderes indígenas muchas veces se presentan o inician sus discursos saludando en mapudungun como un modo de reconocimiento. Lo que es interesante pensar en el caso de las lenguas indígenas, más allá de su función comunicativa, es si funcionan como símbolos de la identidad. Entonces en general se reivindican más por ese lado que como medio de comunicación cotidiano. 

 

- ¿Cuál es la importancia del espacio escolar como lugar de aprendizaje y conservación de las lenguas indígenas?

- Es interesante recordar que las primeras luchas para incluir la comunicación intercultural bilingüe en Argentina y en América Latina en general, se dieron en la década de los noventa. En este proceso es fundamental la lucha por el reconocimiento de los derechos indígenas, el papel de las mismas organizaciones indígenas peleando por ese lugar. Lo que pasaba es que muchos de los niños indígenas tenían malos índices escolares. Faltaban a la escuela, repetían, abandonaban y muchas veces los docentes lo atribuían a razones cognitivas como "los chicos no entienden" y en realidad pasaba más por cuestiones comunicativas. Es decir, eran niños hablantes de una lengua indígena que entraban a un sistema escolar donde predominaba el español y no podían pasar esa barrera comunicativa. A nivel nacional, el primer hito central en el reconocimiento de la Educación Intercultural Bilingüe (EIB) fue su inclusión como derecho en la Constitución Nacional a partir de la reforma del año 1994. La intención de las primeras políticas de EIB fue romper esa barrera comunicativa que había entre los niños hablantes monolingües de las lenguas indígenas y los maestros hablantes monolingües de español.

“Toda la población tiene que entender

que el Estado argentino

es pluriétnico y plurilingüe”

- ¿Qué es lo que habilitó la incorporación de esta modalidad a la Ley de Educación Nacional?

- Fue muy interesante lo que pasó cuando se reformó la Constitución Nacional porque reconoció como un derecho de las comunidades indígenas, el acceso a la EIB. Argentina se considera en la región como un país muy de avanzada en el reconocimiento de los derechos indígenas. La constitución argentina reconoce la preexistencia étnica de los pueblos indígenas. Esto significa que el Estado mismo está diciendo que esta población preexistió a la conformación del Estado, que es lo que planteaban los pueblos indígenas. Del ‘94 en adelante hubo iniciativas y en el contexto de las políticas neoliberales de los noventa, curiosamente, tuvo un lugar la interculturalidad. Y lo que pasó en el 2006 es que la EIB se constituyó como una modalidad dentro del sistema educativo. Los que trabajamos en este tema celebramos la inclusión de la EIB como una modalidad destinada a los pueblos indígenas pero planteamos que su limitación es pensar que la educación intercultural bilingüe es un asunto de "los otros", de los pueblos indígenas. La EIB tendría que ser una modalidad que atraviese a toda la población para que se entienda que el Estado argentino es pluriétnico y plurilingüe, que tiene una enorme diversidad lingüística y de poblaciones. Otra cuestión es que la Ley de Educación Nacional funcionó como un espíritu guía que cada provincia adaptó en sus leyes provinciales de educación. Entonces hay un escenario absolutamente diverso en el país. Con la asunción del gobierno de Cambiemos se planteó la desarticulación del área de EIB dentro del Ministerio de Nación. Si bien el área no estaba interviniendo directamente en las provincias, había ciertos lineamientos generales y materiales interesantes para trabajar en las escuelas sobre la visión de los pueblos originarios. En la actualidad no hay funciones claras. Los que trabajamos en la temática planteamos la importancia de que no se desarticule un área que hace a un espíritu nacional. 


- ¿Por qué es tan importante que estas lenguas no se pierdan? 

- En términos globales, son patrimonio de la humanidad. Por otro lado y en términos de lo que la misma población indígena sostiene, es importante reconocer que una lengua implica una cosmovisión, un modo de ver, de entender, de categorizar el mundo. Y además, es un diacrítico, una marca identitaria de muchas poblaciones. Algo importante que no estamos viendo es que hay un proceso de dominación que hace que esa población sienta que su lengua no sirve, que implica atraso. No podemos olvidar que durante muchos años se consideró que eran lenguas atrasadas, inferiores, que no permitían comunicar. Por eso hay que reconocer el valor de la diversidad lingüística en tanto patrimonio, en tanto la importancia que tiene para esos pueblos y no perder la diversidad que siempre enriquece al mundo. Cuanto más amplia sea la paleta de colores y de voces más ricos somos todos. 

RAÍCES
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